Nanatsu No Taizai Capitulo 4 Español Latino Facebook
Atropoides A. nummifer Taxonomía Reino: Animalia Filo: Chordata Subfilo: Vertebrata Clase: Reptilia Orden: Serpentes Suborden: Serpentes Familia: Viperidae Subfamilia: Crotalinae Género: Atropoides Werman, 1992 Sinonimia Atropos - Rüppell, 1845 Atropus - Müller, 1865 Atropoides - Werman, 1992 [ 1] [ editar datos en Wikidata] Las manos de piedra (Atropoides) son un género de serpientes venenosas que pertenecen a la subfamilia de las víboras de foseta. El género está conformado de tres especies reconocidas cuya área de distribución incluye México y América Central. [ 2] Descripción [ editar] Todas las especies tienen un cuerpo grueso, siendo A. nummifer el más grueso y A. picadoi el más delgado. La especie más larga es A. picadoi, que puede medir alrededor de 120 cm. Tiene una cabeza ancha, con un hocico redondeado y ojos pequeños. La cola es corta y representa sólo el 15% de la longitud total del cuerpo. [ 3] El patrón de coloración por lo general consiste en un color de fondo gris-marrón o marrón rojizo (a veces amarillo, crema, marrón o negro púrpura) superpuestos de una serie de manchas laterales y dorsales.
La forma de estas manchas está sujeto a alguna variación. [ 3] Distribución geográfica [ editar] Se encuentra en las montañas del este de México hacia el sureste en la vertiente del Atlántico y las tierras bajas de América Central hasta el centro de Panamá. En la vertiente del Pacífico, ocurre en poblaciones aisladas en el centro-este y sur de México, Guatemala, El Salvador, Costa Rica y Panamá. [ 1] Comportamiento [ editar] Estas serpientes pueden estar activas tanto de día como de noche. Por otra parte, las poblaciones encontradas en altitudes más altas parecen activas sólo durante el día. [ 3] Alimentación [ editar] Los adultos se alimentan principalmente de pequeños mamíferos y lagartos, mientras que las crías se alimentan de ortópteros y escíncidos. [ 3] Veneno [ editar] A diferencia de la mayoría de las víboras, los miembros de este género tienen una técnica diferente: una vez que muerdan su presa, no la dejan ir y siguen 'masticándola' hasta causar media docena de mordeduras.
En 1979 Durán abdica a sus títulos ligeros ("nadie me quería pelear", diría después) y en vez de hacer carrera en la división inmediata que era la superligera o 140 libras (63, 50 kilos), opta por subir directamente a los welters o 147 libras (66, 67). ¿Para qué? Para ir por su presa mayor: el carismático y oro olímpico en Montreal 1976, Sugar Ray Leonard, que ostentaba el título de campeón Welter del Consejo Mundial de Boxeo. "Yo le dije a Don King, consígueme una pelea con el negrito ese. Yo lo voy a noquear", recordó Durán. Columna de Algo no salió bien, en Lo que el día se llevó 10:26 Leonard había llegado a ocupar el sitial de estrella del boxeo mundial, vacante desde el retiro del gran Muhammad Alí. Por eso, si bien llegaba con una sola perdida entre 72 peleas, el reto de Manos de Piedra era tremendo, rayando lo imposible. Nadie, salvo él y su manager, Ray Arcel, creían que podía ganar. El 20 de junio de 1980, en Montreal y ante 46. 000 espectadores, Durán no era precisamente el favorito.
Fue grande entre los grandes, pero jamás imaginó que dos palabras lo marcarían para siempre: "No más". Fueron esas dos sílabas, pronunciadas en un ring de Nueva Orleans y ante Sugar Ray Leonard, las que empañaron la carrera de Roberto Durán Samaniego, el hombre que se abrió camino desde la extrema pobreza gracias a la fuerza de sus puños y logró posicionarse en el selecto grupo de los diez mejores boxeadores de toda la historia. Durán nació el 16 de junio de 1951 en El Chorrillo, uno de los barrios más pobres de la capital de su país, Panamá. Fue el segundo de los nueve hijos que tuvo doña Clara y a su padre, un marinero mexicano llamado Margarito, lo conoció recién a los 18 años. Su infancia en aquel barrio de mala muerte fue dura, muy dura. Se crió en las calles, odiando a todos, peleando con todos. "Tuve hambre toda mi infancia. A veces comíamos y a veces no comíamos", contó una vez, en un documental de ESPN. Fue primero maratonista, después nadador y por último, arrastrado por su hermano mayor, se convirtió en boxeador.
Muy buenas a todos. Primero que nada decir de antemano que estoy agradecido de que se de este espacio para poder compartir creaciones. El motivo por cual creo este post es para dar a conocer mis trabajos y lo que más espero es tener retroalimentación para poder mejorarlos. Estoy muy agradecido por su tiempo... Gracias y hasta pronto. Sin titulo (David Olivares) Escuchar murmullos en las esquinas es una costumbre vieja de la humanidad. La mayoría de estos nacen por que algo nos hizo lastimar. ¿Pero en esa creación nos detenemos a pensar? ¿Qué hemos hecho para terminar en indirectas en la oscuridad? Dicen que los placeres de la vida son el saber elegir. La decisión es sencilla cuando se tiene claro que es lo que se quiere erguir. ¿Pero de verdad quieres ver el resultado final de construir torres en el fango? Y tener que de nuevo empezar, sin antes dominar tu propia voluntad. Esos ojos profundos que reflejan vacíos a cuáles apuntas, no son sólo para quejarse. Cuando existen los rechazos, aún existe la ilusión de cambiar.
Quizás algunos lo harán en soledad, no somos nadie para criticar. Pero cuando nos volvemos a encontrar, es muy fácil de notar. Qué según los estándares viejos, aún hay expectación. De lo que son los otros y que es lo que doy. ¿A eso es lo que llamamos el amor? Pero al tacto no sentimos más que desilusión. A pesar de querer ser uno más, hay amargura y desazón en mi corazón. ¿De qué sirve una gran armadura si no hay nada en el interior? De qué sirve despojarse de tus propios nervios a cambio de brillar. De pensar que la vida es una sola, sin siquiera fracasar de verdad. --- Pensamiento 5 (David Olivares) Quisiera que me veas obrar con mis manos de piedra. Pero no puedo, ¿Qué tan duro puede ser un corazón? De seguro te diste cuenta, de seguro supiste en algún día valorar. Que el corazón humano se puede malograr. No estoy seguro de lo que quiero, pero lejos de pedirte un lugar en tu vida. Sólo quiero que me entregues tu compasión, pensando de forma egoísta. Esconderme fue lo que aprendí, porqué las palabras no fluyen en mi alma seca.